Muchos son los piropos que se dedican a Trinidad, una ciudad situada al sur de la provincia de Sancti Spiritus, en la región central de la República de Cuba. A ella se han referido como ciudad museo del mar, ciudad museo del Caribe o la ciudad más bonita de América. Seguramente te preguntarás por qué. Porque se considera una de las ciudades coloniales mejor conservadas no sólo de Cuba, sino también de América. ¿Quieres verla y decidir por ti mismo?
La Villa de la Santísima Trinidad fue la tercera villa fundada por la Corona española en Cuba, en 1514. La Trinidad que conocemos hoy es la de los siglos XVIII y XIX, la que creció y se transformó gracias a la riqueza que le proporcionó la explotación del azúcar. El declive que sufrió después logró, en contrapartida, mantener calles empedradas, balaustradas de madera, balcones corridos o rejas de hierro forjado, piezas preciosas de una arquitectura colonial que le ha valido ser reconocida Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Da un paseo alrededor de la plaza, donde las casas de los ricos terratenientes que se construyeron en la misma época que la iglesia actual son ahora museos. Puedes elegir entrar si alguno te interesa o seguir recorriendo la ciudad museo. Así, junto a la iglesia se halla el Palacio Brunet, reconvertido en el Museo Romántico, muestra de una típica residencia colonial trinitaria con muebles y diversos objetos de la familia Borrell, la última que residió en el palacio.
En el lado este de la plaza, el Museo de Arqueología Guamuhaya ocupa la antigua Casa Padrón. Guamuhaya denomina “oficialmente” la sierra al norte de Trinidad, que la gente del lugar sigue llamando Escambray, al parecer, no sin cierta polémica. El museo expone objetos de las comunidades aborígenes que vivían en la región centro-sur de Cuba durante la etapa precolombina, además de algunos otros de la etapa colonial, de la ciudad y los valles cercanos.
Otro museo se enfrenta a este en el otro lado de la plaza, el de Arquitectura Colonial. El edificio que lo acoge, que perteneció a la familia de los Sánchez Iznaga, ofrece al visitante la historia del desarrollo arquitectónico de Trinidad desde su fundación al período colonial. Se la conoce también como la Casa Azul.
Ya en los alrededores de la plaza, si te encaminas por la calle Simón Bolívar (antes Desengaño), darás con el Museo de Historia Municipal. El antiguo Palacio Cantero muestra ahora la historia de Trinidad.
La torre de la antigua Iglesia y Convento de San Francisco, prácticamente lo único que queda del conjunto, domina todo el centro histórico. Fue el lugar elegido en 1984 para el Museo de la Lucha contra Bandidos, término que se refiere a quienes se enfrentaron a Fidel Castro entre los años 1959 y 1965.
Esta es mi parada. Por dos razones: la curiosidad que provoca un nombre como el de este museo (buena técnica de venta, ¿no?), que promete, entre otras cosas, enseñar objetos personales de figuras históricas como el Ché Guevara, y el deseo de ver Trinidad desde cierta altura.
En la exposición ocupa un espacio destacado una embarcación de la que se asegura que fue utilizada “por el imperialismo” para “realizar actividades piratas” y dar “apoyo a las bandas contrarrevolucionarias existentes en Cuba”.
Sube a la base de la torre campanario para disfrutar de una bella panorámica de Trinidad, de sus calles y plazas, cubiertas en parte por los tejados rojos de las casas coloniales.
Ritmo cubano
No dejes de visitar alguno de los locales de música en vivo, como la Casa de la Trova. En un edificio del siglo XVIII, en la plaza del mismo nombre, la Casa de la Trova ofrece conciertos en directo con un buen ambiente.
Cómo ir
La opción más económica para llegar a Trinidad desde la Habana, el punto principal de entrada a la isla, es el autobús. La compañía Viazul hace este recorrido tres veces al día.
Dónde alojarse
No vas a tener ningún problema para encontrar alojamiento en Trinidad. Nada más llegar a la estación de autobuses de la ciudad, te estarán esperando para ofrecerte una habitación en casas particulares a buen precio.
Te lo recomiendo, porque, además, podrás vivir en una casa típicamente colonial con los propios cubanos.
Me gustaría conocer qué te ha parecido el paseo por Trinidad. ¿Crees que merece calificativos como los que se le dan?
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