Escapada de dos días a Bandipur y Gorkha desde Katmandú

Bandipur y Gorkha, dos ciudades al oeste de Katmandú, son hitos de la cultura newar, una de las múltiples etnias del país de los Hi...



Nepal

Bandipur y Gorkha, dos ciudades al oeste de Katmandú, son hitos de la cultura newar, una de las múltiples etnias del país de los Himalayas. Puedes descubrirlas en una escapada de dos días desde la capital de Nepal. 

De Katmandú a Bandipur
El viaje a Bandipur, a unos 150 kilómetros de Katmandú por la carretera que lleva a Pokhara, mereció la pena, sobre todo por los paisajes. Verde que te quiero verde. Y yo recordando la antigua carretera de Pamplona a San Sebastián... Por el color, no os confundáis.

De camino a Bandipur

La salida de la ciudad desde el hotel, donde nos recogieron con una camioneta, ya era una odisea a las seis de la mañana. Pero lo que dio lugar a más conversaciones y suposiciones fueron las paradas que nos hizo la policía. La primera, a la salida de la capital, para pedir algo a nuestro chófer, que parecía no encontrar; mientras uno hablaba con él, otro nos preguntaba a nosotros a dónde íbamos y qué hacíamos en Nepal. Por los gestos, pensamos que no coincidía con la versión del chófer. Pero nos dejaron seguir ruta. Otro par de paradas después, llegamos a nuestro destino.

Ejemplo inmejorable de la cultura newar, Bandipur expone al visitante sus casas con ventanas de madera tallada y tejados de pizarra, sus templos... En la calle principal encontramos, entre todas esas casas de madera, la más bonita, la Old Bandipur Inn, una mansión newar restaurada. 

Old Bandipur Inn

En el extremo de la calle, se sitúa el Bindebasini Mandir, un templo dedicado a Durga, una de las formas de la diosa Devi, y la oficina de turismo, justo desde donde nacen unas escaleras hasta el Mahalaxmi Mandir, otro templo centenario.

Si sigues ascendiendo, descubrirás el Khadga Devi Mandir, un edificio en el que guardan la espada que, cuenta la leyenda, Shiva regaló a Mukunda Sen, el rey de Palpa (al suroeste de Pokhara) en el siglo XVI, y que rechazó para seguir una vida de asceta. Al lado se ubica una escuela, que, según un profesor, recibía a los niños más pobres. 

Arriba, la calle principal de Bandipur; abajo, los templos Bindebasini (izda.) y Khadga Devi (dcha.)

Detrás de ella, un camino asciende hasta el monumento a los mártires, que rememora la muerte de los hombres que lucharon contra la dinastía de los Rana tras la independencia de la India. Desde allí seguimos hasta Tundikhel, una antigua plaza de armas, ahora convertida en terreno para pasto de ganado y sombras para los pastores.

Tundikhel, una antigua plaza de armas de Bandipur

Antes de abandonar Bandipur, nos sentamos a comer un helado mientras observábamos a la gente que pasaba: colegiales calle arriba, calle abajo; mujeres cargadas con mucho peso; turistas cuyo andar descalzos y extrema delgadez hacían presuponer una estancia más prolongada que la nuestra…

De Bandipur a Gorkha
Por la tarde partimos rumbo a Gorkha, una ciudad más grande y poblada que Bandipur. Aquí nació Prithvi Narayan Sha, el rey del valle de Katmandú, que logró conquistar todo Nepal y trasladó la capital de Gorkha a Katmandú. 

Una cuesta pronunciada y sus 1.500 escalones de piedra (nada para nuestras piernas entrenadas, después de un trekking de 11 días) acaban en Gorkha Durbar: un fuerte, un palacio y un templo a la vez. Considerada la joya de la corona de la arquitectura newar, fue residencia real hasta que, al perder la capitalidad del país, se convirtió en monumento nacional.

Hay que subir 1.500 escaleras hasta el palacio real de Gorkha

En el conjunto palaciego, destacan el templo Kalila, de principios del siglo XVII, y el antiguo palacio del rey Shah Dhuni Pati; ambos edificios conservan elaboradas tallas de madera.

Bellas tallas de madera

La vuelta en camioneta hasta Katmandú, otras cuatro horas de viaje, nos ofreció varias oportunidades para darnos de bruces con vehículos que adelantaban en plena curva a otros cuatro a la vez. Pero el golpe, finalmente, fue de lo más tonto… El chófer frenó para no atropellar a unos pollitos que cruzaban la carretera y el coche que venía detrás chocó con nosotros. No fue nada.

¿Has tenido, o querrías tener, una escapada a otras ciudades del interior de Nepal?


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