Su nombre, Iznájar, procede de Hisn Ashar, denominación que los árabes dieron al castillo que construyeron aquí en la Edad Media, una vez descubierta su privilegiada situación. Aunque tradicionalmente se ha considerado que su núcleo primitivo, situado al nordeste del conjunto fortificado, data de mediados del siglo VIII, el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico señala que los últimos trabajos de investigación lo fechan en el siglo XII.
Todas las fuentes consultadas coinciden en que el castillo sufrió sucesivas reformas a lo largo de los siglos y que fue en el XVIII cuando se acondicionó como vivienda del administrador del duque de Sesa, función que cumpliría hasta principios del siglo XX. Finalmente, en 1991 fue adquirido por el Ayuntamiento de Iznájar.
En la actualidad, aunque se halla bastante deteriorada, la fortaleza conserva cuatro torreones: la torre adosada al cuerpo primitivo, que hacía la función de puerta en recodo, un sistema defensivo típicamente árabe; la Torre del Homenaje, la mejor conservada y considerada el elemento más representativo del conjunto; la torre noroeste, que funcionaba como torre de flanqueo, y la torre sureste, que muestra dos estructuras adosadas por el vértice.
En los alrededores del castillo
Junto al castillo, se encuentra la Iglesia de Santiago Apóstol, construida entre los siglos XVI y XVII. Ejemplo de arquitectura renacentista de la provincia de Córdoba, se ha documentado la participación de maestros como Hernán Ruiz II, hijo y padre de arquitectos andaluces, que ayudó, por ejemplo, a transformar la mezquita de Córdoba en catedral.
Restos de la iglesia múdejar, de menor altura y a los pies del templo, alargan su única nave, con la que se conectan mediante un arco de medio punto. Destacan, en el interior de la iglesia, la sacristía renacentista, situada bajo la torre y a la que se accede por una portada de estilo manierista, o el retablo barroco del altar mayor.
En la plaza del castillo, otro edificio te llamará la atención. Se trata del antiguo pósito local, es decir, el lugar en el que se guardaban los cereales, normalmente trigo, y que se ha reconvertido en Biblioteca pública municipal.
Dentro del recinto amurallado que protegía la villa en el siglo XI, junto al castillo y la iglesia, descubrirás también el Patio de las comedias, una pequeña plaza cuyo nombre responde a la actividad de la que era escenario, las representaciones teatrales. Sus macetas azules, sus flores, la torre de San Rafael y su mirador con vistas al embalse aconsejan no perdérsela en el paseo por Iznájar.
Pero no es este el único de los miradores desde los que disfrutarás de las vistas del conocido como lago de Andalucía, sino que puedes elegir entre varios más: el de la Plaza Nueva, Cruz de San Pedro, Las Peñas, Las Tres Cruces o Las Canteras.
Otros lugares de interés
. La Casa de las columnas.
La portada de esta casa es lo más destacado de un edificio del siglo XVIII donde se alojaba la antigua administración, entonces en manos de los Condes de Albi. En la fachada, destacan los escudos de armas de los Salazar y la reja central.
. La Ermita de la Virgen de la Piedad o de la Antigua.
Fechada en el siglo XVII, destaca por un camarín (una capilla pequeña) de estilo barroco, que acoge la imagen de esta virgen, patrona del pueblo.
. El Museo de los aperos de labranza.
Inaugurado en 1996, recrea la vida en los cortijos y el trabajo en el campo.
Situación
Para terminar, te contaré un secreto: conocí Iznájar porque es el lugar de nacimiento de una persona muy querida. ¿Te ha pasado a ti también? ¿Has viajado a un sitio porque significa algo para otra persona?
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