Santillana del Mar, la joya turística cántabra

Ni es santa, ni llana, ni tiene mar. Es el sambenito que le han colgado. Pero no es verdad del todo. Nace alrededor del monasterio que co...

Santillana del Mar, la joya turística cántabra

Ni es santa, ni llana, ni tiene mar. Es el sambenito que le han colgado. Pero no es verdad del todo. Nace alrededor del monasterio que cobija los restos de una mártir del siglo III, Santa Juliana, y de ella toma el nombre que evoluciona a Santillana. En cuanto al mar... te lo cuento después.

Santillana del Mar es una villa empedrada de casas solariegas, de blasones, de nobleza medieval. Monumento histórico artístico desde 1889, se ha convertido en uno de los lugares más visitados de Cantabria, lo que se ha impulsado aún más, si era posible, al ser elegida en 2017 como imagen de la promoción de la Noche Romántica, una iniciativa turística de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España.

Todos los caminos te llevarán al tesoro de Santillana: la Colegiata de Santa Juliana. 


El tesoro de Santillana: la Colegiata de Santa Juliana

Monumento nacional desde 1889, la Colegiata de Santa Juliana constituye una joya románica construida, probablemente, sobre una iglesia o monasterio de monjes benedictinos. Y esta, según la tradición, se asentó sobre una ermita levantada para cobijar las reliquias de Santa Juliana, que murió mártir en Nicomedia de Bitinia, la actual Turquía, a finales del siglo III. 


Portada de la colegiata de Santillana del Mar
Antes de empezar la visita, contempla la fachada de la colegiata, que descubrirás cuando te acerques por la calle principal (cambia de nombre en sus tres tramos, Carrera, Cantón y Río). Fíjate en su puerta, en las arquivoltas que sostienen un frontón del XVIII, en la imagen de la santa y en la del pantocrátor. El atrio que la precede, del siglo XVIII, está protegido por un murete que vigilan dos figuras de leones.

Entrarás, ahora sí, por su claustro románico de los siglos XII y XIII. Disfruta de sus capiteles decorados con motivos vegetales, geométricos, escenas bíblicas... Junto a las paredes, descansan varios sepulcros, muestra de que aquí se enterraron abades y otros personajes de Santillana; y una muestra de canecillos, elementos arquitectónicos que sostienen una cornisa.


Claustro de la Colegiata de Santa Juliana

Finalmente, accederás a la iglesia. En el centro de este templo de tres naves, encontrarás la tumba de Santa Juliana, mandada construir por Alonso de Cartagena, arzobispo de Burgos, en la mitad del siglo XV.


Otra obra destaca en el interior de la colegiata: una pila bautismal románica, con un relieve que representa al profeta Daniel en el foso de los leones; situada en la torre occidental, la acompaña la imagen esculpida de un pantocrátor.

No salgas de la iglesia sin observar el altar mayor gótico-plateresco, pero, sobre todo, los capiteles de sus columnas y descubrirás alguna curiosidad que otra.

Y cuando finalmente abandones la colegiata, rodéala. Los sucesivos añadidos a la iglesia, como el claustro, la torre de campanas o una capilla, han contribuido a convertirla en un precioso conjunto monumental.

Aprovecha esa vuelta a la colegiata para fijarte en otro edificio digno de ver: el Palacio de los Velarde. Conocido también como Palacio de las Arenas, por encontrarse en la plaza de las Arenas, está considerado el ejemplo principal del estilo renacentista en Santillana.


Palacio de los Velarde

Una villa de casas solariegas 

Pasear por las calles empedradas de Santillana del Mar es un lujo, como el imaginarse en los tiempos en los que familias nobles vivían en esas casas de piedra que flanquean tu recorrido.

Después de tu visita a la colegiata, de nuevo en el atrio vigilado por leones que da a la plaza del Abad Francisco Navarro, empezarás a andar entre las Casas de los Cossío y los Quevedo, a un lado, y la Casa de la archiduquesa al otro. Dicen que esta alojó a Margarita de Austria, hija del archiduque Leopoldo Salvador y de Blanca de Borbón, exiliada tras la desintegración del imperio centroeuropeo.

Calle principal de Santillana del Mar

No dejes de mirar los blasones que decoran los muros de las casas. Pero valora también el lavadero que se halla en medio de la calle. ¿Te encanta, como a mí, este lugar?

Uno de esos escudos de armas digno de levantar la mirada es el de la Casa de los Hombrones, llamada así por los dos soldados que sostienen el blasón. 



Junto a ella se encuentra la que algunos consideran Casa de Leonor de la Vega, madre del primer marqués de Santillana, y ahora Hotel Casa del Marqués.  Como ves, varias de estas casas antiguas han sido reconvertidas en hoteles, lo que le ha ocurrido también a la Casa de los Valdivieso, ahora Hotel Altamira, en la calle Cantón. 

Si giras a la derecha de este hotel, darás enseguida con otra atractiva plaza de Santillana del Mar: la Plaza Mayor o Plaza Ramón Pelayo. 


En esta plaza, donde se ubica el Ayuntamiento de Santillana del Mar, destacan varias torres y casas:

La Torre del Merino es una torre gótica del siglo XIV, conocida con este nombre porque en ella residía el merino, una especie de gobernador de la villa y representante del rey en la Merindad de las Asturias de Santillana. Durante varias generaciones este privilegio recayó en la familia Barreda, uno de los cuatro linajes de Santillana, junto con los Velarde, los Villa y los Polanco.


Torre del Merino, en la plaza del ayuntamiento de Santillana del Mar

También a los Barreda perteneció la Torre de Don Borja. Torre gótica como la anterior, pero del siglo XV, acoge en la actualidad las actividades de la Fundación Santillana. 


Torre de don Borja, en la plaza del ayuntamiento de Santillana del Mar

Adosada a esta torre se encuentra la Casa de la Infanta Paz. Torre y casa fueron el regalo con el que el conde Güell, nieto del primer marqués de Comillas, obsequió a la infanta Paz de Borbón, princesa de Baviera.



Cierran la plaza las Casas del Águila y la Parra, en uno de los lados, y la Casa de los Barreda-Bracho, en el otro. Esta última es el Parador Nacional Gil Blas desde 1944.

Ya fuera del casco histórico, se hallan dos conventos, el de Regina Coeli y el de San Ildefonso o de las Dominicas.


Museos
Santillana del Mar es un museo en sí mismo, que ofrece, además, otras visitas que te pueden interesar:


   . Museo de la Tortura El Solar.
Alberga una colección de instrumentos de tortura europeos utilizados entre los siglos XV y XIX. Está en la calle Escultor Jesús Otero, número 1.

   . Museo y Fundación Jesús Otero.
Medio centenar de esculturas, dibujos e instrumentos utilizados por este artista local se muestran en el museo ubicado en la Plaza del Abad Francisco Navarro, junto a la colegiata.


Museo Jesús Otero
   . Museo Diocesano Regina Coeli.
Acoge una colección de imágenes y objetos religiosos desde el siglo VI hasta la actualidad. Se encuentra en el edificio del antiguo convento de frailes dominicos, bajo la advocación de Regina Coeli (en la confluencia de la calle Jesús de Tagle y la avenida Le Dorat).


   . Museo de Altamira.
A unos dos kilómetros y medio de Santillana y junto a la cueva de Altamira, contiene una réplica y una exposición permanente sobre el arte rupestre de Cantabria. Como sabrás, las visitas a las cuevas están muy restringidas; puedes leer más en este enlace.

¿Y el mar?
Santillana, la villa, no tiene mar. Santillana, el municipio, sí. A unos 7 km de la villa se encuentra la preciosa playa de Santa Justa, que pertenece a la localidad de Ubiarco. 


Playa Santa Justa

Con unos 100 metros de largo, esta playa de arena dorada y piedra ofrece al visitante un encanto más: una ermita construida en la roca que cierra uno de sus lados. Fechada en el siglo XVI, fue declarada Bien de Interés Local en 2010.

La playa dispone de un buen acceso y de un aparcamiento para 25 vehículos.

Información práctica
. Situación
Santillana del Mar se sitúa en la costa occidental de Cantabria, a unos 30 km al oeste de su capital, Santander.


Santillana del Mar, situación en Cantabria

. Aparcamiento
No se puede aparcar en el casco histórico de Santillana del Mar, aunque si te alojas en él, puedes acceder con el coche hasta tu alojamiento para dejar el equipaje, según nos comentó un lugareño. De todas formas, consúltalo antes donde estés hospedado, porque está previsto instalar unos bolardos que servirán para cerrar la zona peatonal en momentos puntuales.

Existen tres zonas de aparcamientos de pago:
. en la Plaza del Rey, detrás del convento de Regina Coeli;

. Rolaceña, junto al Punto de Información Municipal;

. en la avenida Le Dorat, frente al hotel Infante.

. Enlaces útiles
   - Callejero de Santillana del Mar: http://bit.ly/2tJD6Be

   - Folleto turístico: http://bit.ly/2tJs3HW

Santillana del Mar es un lugar muy turístico, así que procura evitar las fechas típicas de mayor concentración de visitantes, como el verano, y si puedes, visítala entre semana, para que la experiencia sea perfecta.



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